Tiempo de Blues

Artículos publicados por Raúl de la Rosa en el periódico la Jornada

miércoles, octubre 24, 2007

Expone Fernando Robles en el Franz Mayer

Miércoles 24 de octubre de 2007

Pulquerías del siglo XIX
,
el título de la muestra que se inaugurará mañana

Podría comenzar la nota con un blues por las pulquerías, pero dejemos la nostalgia y empecemos con una pregunta: ¿Cuántas pulquerías quedan en la ciudad de México? Se menciona que no pasan de una veintena, de las más de mil quinientas que expendían el tonificante neutli a principios del siglo XX.

Tradición a punto de extinguirse. De las que quedan, pocas conservan de ese colorido que Antonio García Cubas menciona en su Libro de mis recuerdos: Lavados estaban el mostrador y los aparadores, en los que lucían vasos enormes de vidrio, manojos de apio y cerros de tuna colorada, para curar el pulque, las paredes enfloradas con picados papeles de colores y las puertas con enramadas de saúz.

Los músicos populares eran parte de esos expendios; arpa, salterio, guitarrón, violín y bandolón amenizaban esas tertulias del pueblo, en las que se bailaban jarabes y sonecitos, y en las que de repente surgía el grito a todo pulmón: Ay, pulque de las verdes matas, tú me tumbas, tú me matas, tú me haces andar a gatas.

Catrinas, chivos, macetas de dos litros, bolas, cañones de a litro y los tornillos, estos últimos servidos en una bisagra (tabla perforada en la que cabían seis tornillos), nombres que poco se conocen ya. En las pulquerías había espacio para la rayuela (nada que ver con ese juego milenario que conocíamos como teja). También se jugaba el Rentoy, para mentes de agilidad asombrosa inventado en Europa, en el siglo XVI, perteneciente al Renacimiento, pues se juega con baraja española y se vale hacer señas, según la carta que le toca a cada participante. Era cómico ver como cerraban un ojo o ponían la boca de lado y de repente gritar: envido pichón de nido y se golpeaban el pecho.

Degusté los ricos curados de apio o de guayaba en Las Licuadoras o en La hija del Apache y en la Haz por Venir. Recuerdo también la famosa anécdota del pulquero que bautizó a su negocio con el nombre de Los Caballeros de Colón y ante la protesta de la Mitra sencillamente se lo cambió por el de Las Mulas de Don Cristóbal.

Por eso nos da un enorme gusto que en el Museo Franz Mayer se haya montado la exposición titulada Pulquerías del siglo XIX, cuyo autor es un pintor fuera de serie, Fernando Robles, que nació entre pisos de tierra, vigas retorcidas de mezquite y muros de adobe, en medio del candente desierto sonorense: Etchojoa, para ser exactos.

Pueblo con ocho cantinas alrededor de la iglesia, de la cual salían cantos desgarradores de los indios, recordó Fernando de su niñez. A la pregunta del porqué hacer una obra descomunal sobre las pulquerías y de la bebida desconocida por esas latitudes, respondió: Es una recreación teatral, los personajes populares de una pulquería son como sacados de una ópera, catarsis, derrota-triunfo, la misma pulquería es un escenario.

El oficio de Fernando Robles está plasmado en ese gran mural de 24 metros de largo, en el que predominan los sepias y negros sobre papel de algodón, con la ductilidad del papel de china. En 1979 el Festival Internacional de Pintura de Cagnes-sur-Mer, Francia, convocó a más de 300 participantes de 30 países, y Robles obtuvo el primer premio de este renombrado certamen. Su obra ha sido expuesta en Londres, Lyon, París, Burdeos, Luxemburgo, Chicago y Sao Paulo.

Con su obra, Fernando Robles nos recuerda que en la pulquería todos tenemos cabida, todos tenemos pertenencia, porque en este mundo matraca de morir nadie se escapa, escribió Claudia Burr en la invitación de la exposición. Los personajes de este mural son todas calacas, pelonas que nos pelan los dientes, porque a las pulquerías se va a olvidar, a compartir los olvidos.

La exposición será inaugurada el jueves 25 de octubre en el Museo Franz Mayer para recordarnos a lo largo de esa larga historia en papel que aún subsistimos, porque quien toma pulque y come nopal, vive al fin un montonal. Mientras, voy a echarme un curado en La Conquista de Roma por los Aztecas. Aí’nos vemos.

Pulque bendito, dulce
tormento. ¡Qué haces ahí
afuera, vente pa’dentro!

sábado, octubre 20, 2007

One mo’time

19 de octubre de 2007

El bar del hotel Monteleone presentó el vodka Absolut New Orleans, con sabor a mango y un ligero toque de pimienta negra, en una edición limitada de 35 mil cajas. El lanzamiento está acompañado de una donación de 2 millones de dólares para reconstruir la ciudad

Primera llamada

Se cumplieron dos años de que el huracán Katrina dejó sepultada bajo las aguas a Nueva Orleáns, cuna, junto con el Delta del Mississippi, del jazz y el blues.

¿Qué hace que el ser humano insista en vivir en zonas de riesgo a pesar del peligro que representa? Temblores van y vienen, inundaciones, tsunamis, volcanes, huracanes y una larga lista que nos llenaría este espacio y que sólo nos recuerda que nuestro planeta, el hogar común, está vivo, en constantes reacomodos (en México algo sabemos al respecto).

Antes de que los europeos llegaran a esa región, los naturales conocían el peligro que representaban los cauces desatados del Viejo Río, el Mississippi.

En los recuentos de esta tragedia los que más han sufrido han sido los más pobres (¿en dónde hemos oído esto?) Se han escrito infinidad de artículos sobre la reconstrucción de Nueva Orleáns y tal parece que la lección de la naturaleza no sirvió de mucho.

Esta ciudad y otras de la misma zona nunca debieron haberse construido ahí. En cuanto a desastres, la historia es larga, pero también por ser una región en donde se dieron los más formidables mestizajes culturales y musicales de Estados Unidos.

En 1803, Francia, léase Napoleón I, le vendió a la joven y modesta nación el territorio de la Nueva Francia, Louisiana, que abarcaba una superficie un poco mayor a la de la actual República Mexicana (más de 2 millones de kilómetros cuadrados).

Alguien por ahí comentó: Si Napoleón hubiera sabido lo que en un futuro Francia podría haber ganado por derechos de autor, quizá no la hubiera vendido.

Segunda llamada

El discurso que el músico Wynton Marsalis (Nueva Orleáns, 1961) pronunció sobre lo acontecido en su ciudad natal, ha sido comparado al I have a dream, de Martin Luther King. Temo que las cosas no han cambiado mucho. Transcribimos algunos extractos:

Nueva Orleáns es la más excepcional de las ciudades estadunidenses porque es la única ciudad del mundo que creó su propia cultura completa: arquitectura, música y ceremonias festivas. Fue el melting pot (crisol) original, con una mezcla de españoles, franceses, africanos occidentales y estadunidenses. El choque entre las culturas creó el jazz, la única forma artística que les da objeto a los principios fundamentales de la democracia americana. Por eso se dispersó por el país y el mundo representando lo mejor de Estados Unidos. El pueblo de Nueva Orleáns es el pueblo del blues.

Tenemos capacidad de resistencia y de respuesta a la adversidad, por tanto estamos seguros de que la ciudad regresará. Esta tragedia, sin embargo, ofrece una oportunidad para que los estadunidenses nos demostremos a nosotros mismos y al mundo que somos una nación determinada a sobreponernos a las injusticias de raza y de clase. Necesitamos de la destreza de nuestros mejores ingenieros para rehacer el corazón cultural de nuestra nación.

Demostrémosle al mundo que lo que hace a Estados Unidos la nación más poderosa sobre la Tierra no son las armas ni la pornografía ni la riqueza material, sino el espíritu trascendente y perdurable, algo que hemos olvidado y que esta catástrofe nos da la oportunidad de recordar.


Tercera llamada

A dos años de la tragedia, queda clara la incapacidad de los gobiernos estatal y federal para ayudar a los miles de damnificados, en su mayoría, afroestadunidenses, sin olvidar a los latinos que hoy son la mano de obra barata para la reconstrucción. Es una verdad palpable el abandono en el que está la mayoría de los habitantes y la fragilidad de la infraestructura de diques.

También habría que reconsiderar si es la zona óptima para volver a levantar esa ciudad, que en algunas partes está bajo el nivel de ese río de más de 6 mil kilómetros de longitud. Todas las zonas que fueron inundadas corren el riesgo de volver a quedar sepultadas por el caudal de más de mil 400 millones de metros cúbicos de agua diarios.

En 1927, sufrieron otra inundación histórica, hoy casi olvidada. En esa ocasión, las autoridades llevaron a los afroestadunidenses a punta de fusil a campos de concentración prácticamente para que trabajaran día y noche en la reconstrucción de los diques, y también para que no escaparan hacia el norte, pues las plantaciones se quedarían sin mano de obra barata.

Esa ciudad fundada sobre pantanos llenos de cipreses y sauces en 1718 por Jean Baptiste señor de Bienville que tuvo que esperar a que las aguas bajaran para plantar la bandera francesa, que, un año más tarde, fue destruida por una inundación. Había que ser tercos, pues en 1722 y 1723 nuevamente desapareció del mapa. En esos casi tres siglos, la ciudad ha sido arrasada (huracanes e inundaciones) en 27 ocasiones.*

Respecto a los músicos de Nueva Orleáns, la mayoría ha emigrado o está en el desempleo.

La organización Habitat for Humanity ha iniciado la construcción de 74 viviendas unifamiliares y siete multifamiliares para músicos de edad avanzada. Este centro dará a los músicos un lugar permanente para ofrecer espectáculos a la comunidad y un medio para impartir educación musical. En esta iniciativa participan Harry Connick Jr. (mencionado en Tan esencial como comer) y Bradford Marsalis, quienes idearon el llamado Pueblo de Músicos.


También fue fundada, por y para músicos desplazados, el New Orleans Musicians Relief Fund .

Hace unos días, en un acto mediático, las compañías disqueras le repusieron a Fats Domino sus discos de oro que perdió con todo y casa. ¿Lindo, no?

Si de esta dolorosa experiencia los habitantes de las zonas devastadas (que van más allá de Nueva Orleáns) no cambian su conciencia social y no continúan en la lucha por la defensa de sus derechos, de ese pueblo que, como dijo Wynton Marsalis, se dispersó por el país y el mundo representando lo mejor de Estados Unidos, poco podrá hacerse.

*National Geographic Magazine, agosto 2007, página 60

viernes, diciembre 15, 2006

El gospel

Festival Navideño en la capital

PRIMERA LLAMADA. De las loas a Dios a la música del tugurio. Así podría iniciar una crónica de cómo fue mi encuentro con el blues, hace ya algunas décadas. Everytime I feel the spirit se titulaba el elepé que en la portada presentaba la fotografía de una cantante negra de nombre Mahalia Jackson (1911-1972).

DIGAMOS QUE ESE efecto mariposa causado por una sorprendente y potente voz la de Mahalia me abrió el entendimiento a otros mundos musicales. Fue el inicio. En mi panteón personal, las dos columnas que enmarcan este umbral son la ya mencionada Mahalia, considerada la más grande cantante de gospel, y el hombre que me otorgó el blues: Willie Dixon.

CANTOS AL SEÑOR y cantos a los hechos de la vida. La esperanza dominical y el canto cotidiano. En ambos casos se canta por tristeza: en el gospel se le canta a Dios o, más bien, se le platica, se le pide que nos lleve por el camino de la luz o a la libertad. En el blues no hay tal libertad, puede ser una candente y dura realidad, pero es precisamente su esencia, canto individual, necesario. Digamos que el primero es un canto hacia fuera, hacia las alturas, plegaria, shouts al Señor; el segundo es hacia dentro, a las entrañas, llorar pa' dentro.

Segunda llamada

LOS HIMNOS EUROPEOS, sajones, blancos y protestantes (la esencia de lo wasp) se les imponen a los esclavos. Una nueva religión aparece en el mundo de los afroamericanos; en la América sajona se les prohibió prácticamente toda manifestación cultural o artística que tuviera sus raíces en su natal Africa. Los dioses yorubas y los santos cristianos se mezclan en la América Latina y adoptan identidades semejantes, equivalentes. Los cantos de trabajo y los espirituales son dos elementos fundamentales del blues.

PERO LAS ESTRUCTURAS melódicas, las armonías europeas (que por cierto desconocían) son cambiadas poco a poco por esta minoría, desde una escala pentafónica hasta las bases rítmicas, que van dando forma a los llamados espirituales negros, que además utilizan esa capacidad natural al canto colectivo que trajeron consigo de Africa. Así convierten estos himnos en una de las más bellas expresiones corales de la música religiosa, no sólo de Estados Unidos, sino del mundo.

Tercera llamada

SE SABE QUE la gran escuela de la cual han salido las mejores cantantes de blues, jazz, soul, pop, etcétera, es precisamente el coro de la iglesia. Los ejemplos abundan: Dianne Woorwick, Diana Ross y Aretha Franklin, cuyo padre fue pastor. La lista es interminable.

DE ESTA TRADICION afroamericana podremos disfrutar dos grupos que vienen al Festival Navideño de la ciudad de México: Peculiar Praise, integrado por 12 elementos del south side de la Ciudad de Chicago. Su característica principal es que aún conservan ese estilo sureño fresco, en el cual las palmas y los gritos forman parte de su canto religioso. Este grupo se presenta hoy en el Teatro de la Ciudad a las 17 horas, y a las 20 horas mañana en el Zócalo capitalino.

LA PROXIMA SEMANA arriban a esta ciudad capital las Gospel Leaders, grupo coral integrado por cinco excelentes solistas del mundo musical de Chicago, cantantes que, por primera vez, se unen para traernos el gospel en las voces de Bridgette M. Harrison, Precious Jewel Taylor, Deitra K. Farr, Tanya Walter y Shirley Johnson.

ESTE SERA UN buen espectaculo con el cual cerrará el ciclo denominado Grandes Series, en el cual tuvimos buen jazz, blues y gospel.

miércoles, agosto 09, 2006

Desde Chicago, la vuelta al mundo en 80 días

El bluesman Eddie Shaw, en el backstage del foro del Festival de Blues de Chicago, en junio de 2006.
Foto: Raúl de la Rosa


La música es nuestra forma de expresión más antigua, más aún que el lenguaje o la pintura.
La música del hombre
Yehudi Menuhim

Primera llamada

EN EL SIGLO XX, los conciertos masivos fueron una forma de identidad colectiva entre los jóvenes. En ellos, también surgieron nuevas maneras de manipular las locuras colectivas, negocio de billones de dólares. Ese tipo de festivales son el gran fenómeno de la modernidad que se da con el surgimiento de la sociedad de masas y de una industria cultural que se ha expandido por todo el planeta.

LOS FESTIVALES MUSICALES hoy son parte fundamental de la industria del entretenimiento. Son los escenarios donde se consagran y se rinde culto a quienes han logrado marcas en la venta de discos. Pero no sólo, sino que existen esos llamados megaconciertos muy publicitados por la industria del espectáculo, de los cuales existen cientos que cada año convocan a millones de espectadores en una especie de renovación de sus culturas ancestrales.

UN BUEN EJEMPLO es el Festival Glastonbury de Inglaterra, que surgió en 1971 con un modesto encuentro de blues y folk. Asistieron a ese encuentro mil 500 personas, y para la versión de 2005 fueron más de 150 mil los espectadores (este último es considerado el más grande de los festivales de verano en Europa).

ACTUALMENTE PUEDE SONAR absurdo que en la década de los años 30 del siglo pasado en Estados Unidos no podían tocar en el mismo escenario artistas blancos y negros. Pero uno de los productores más importantes del siglo XX, John Hammond (1910-1987), presentó en el Carnegie Hall de Nueva York en 1938 y 1939 los conciertos llamados De los espirituales al swing.

"POR MUCHOS AÑOS tuve la ambición de presentar a talentosos artistas negros de todo el país que no eran aceptados en el mundo blanco de la música popular", comentó Hammond.

EN ESTOS CONCIERTOS participaron, entre otros, Benny Goodman, Count Basie, James P. Johnson, Ida Cox, Big Bill Broonzy, Sonny Terry, Hot Lips Page y el Golden Gate Quartet.

JOHN HAMMOND, APARTE de músico, fue un cazatalentos; descubrió artistas de la talla de Count Basie, George Benson, Leonard Cohen, Michael Bloomfield, Bob Dylan, Aretha Franklin, Billie Holiday, Pete Seeger, Bruce Springsteen y Stevie Ray Vaughan, entre otros, además de ser padre de un reconocido músico de blues: John Hammond Jr.

DE REGRESO A la historia de los festivales, los de Monterey, en California, y de Woodstock, en Nueva York, en la década de los años 60, marcaron la pauta a seguir y una influencia que llegaría hasta nuestro país con Avándaro, en 1971, el cual fue un parteaguas, pues nunca se habían reunido en México cientos de miles de jóvenes convocados por la música.

FUE TAL EL escándalo y miedo hacia los jóvenes, que a partir de entonces se prohibieron los conciertos de rock; lo más grave fue que se ahondaron las diferencias sociales, que permanecen bajo mil facetas. De manera inesperada y discreta, en 1978 se organizó el primer festival de blues en la ciudad de México; éste y los subsecuentes abrieron lentamente las puertas de los conciertos masivos.

CINCO AÑOS DESPUES de ese primer festival se organizó, en 1983, el primer Festival de Blues en Chicago, que desde entonces no se ha interrumpido. A partir de allí encontraron que los festivales musicales son una forma de promoción turística y cultural. En Europa, por ejemplo, el número de personas dedicadas a las actividades culturales es de más de siete millones y los asistentes nuchos millones más.

Segunda llamada

LA BITACORA DE viaje por la tierra de las mil danzas y por la creación musical del planeta la comenzamos el 28 de abril con el tercer Festival Internacional Ollín Kan Tlalpan 2006, el cual tuvo impresionante elenco internacional, que recorrió ritmos y melodías de las llamadas culturas en resistencia en 20 foros.

POR ESE FESTIVAL desfilaron artistas de todo el mundo. Se dice fácil, pero organizar un festejo con más de 300 artistas internacionales y 500 nacionales requiere de una planeación descomunal que culminó el 21 de mayo en el Zócalo de esta renegada capital. Fue realmente un privilegio disfrutar a grupos que de otra manera nunca hubiéramos podido disfrutar, pues no son considerados comerciales. En ellos persiste, bajo mil formas, la memoria ancestral, y sus propuestas son fundamentales para la música contemporánea.

MUSICOS DE AFRICA, Madagascar, Medio Oriente, América y Europa mostraron que ese lenguaje universal nos acerca y que "la música es el hombre en mayor medida que las palabras".

SEGUIR CON ESTE enorme esfuerzo será responsabilidad de las autoridades del próximo gobierno capitalino, pues sólo con la continuidad se perfeccionan, se amplían y se enriquecen estos programas.

LA GIRA CONTINUÓ a principios de junio en el tercer Encuentro de las Artes Escénicas en el contexto del programa México Puerta de las Américas. A ese mercado acuden artistas con propuestas alternativas y de gran calidad.

DEL 8 AL 11 de junio pasado asistí al Festival de Blues de Chicago. La organización es extraordinaria; se realiza en el Grand Park, a un lado del lago Michigan, donde en esta ocasión se instalaron cinco escenarios y dos corredores, uno de comida y el otro para módulos de organizaciones y grupos que promueven ese género.

FUERON CUATRO DIAS de blues y encuentros inesperados: David Honeyboy Edwards estuvo con otras leyendas, como Robert Jr. Lockwood, Henry Townsend y Homesick James, artistas todos con más de 90 años de edad. Un viaje al profundo sur en pleno corazón de Chicago.

EL ESTADO DE Louisiana y la Fundación Mississippi presentaron músicos que cultivan el zydeco, cajun y bluegrass. Había que escoger el escenario para cubrir la mayor parte de los conciertos, misión casi imposible, que continuaba cada noche en los varios clubes de blues que existen en la ciudad de los vientos.

Tercera llamada

ALGO QUE LLAMO la atención fue que los jóvenes estadunidenses eran escasos: el público adulto y blanco formó la mayoría del auditorio, todo lo contrario de lo que sucede en México, donde son más los jóvenes.

A ESTE FESTIVAL también asistieron: Octavio Soto El Charro y Federico Luna, guitarra y armónica respectivamente, tocaron en el Rosa's Lounge, bar fundado en 1984 por un migrante italiano, Tony Manguillo, y que ahora administra Rosa, madre de ese músico. Los dos mexicanos integraron una banda con un bajista estadunidense y un baterista puertorriqueño, fueron la sorpresa de la noche: los cuatro parecían viejos camaradas que esa noche interpretaron un blues intenso y bien ejecutado.

ESCUCHAMOS DOS LEYENDAS: Corky Siegel y Jim Schwall, integrantes de una banda cargada de historia que ha incursionado en la música sinfónica. Hace años grabaron un disco extraordinario con obras de William Russo para banda de blues con la Orquesta Filarmónica de San Francisco bajo la dirección de Seiji Osawa.

EN EL LOCAL de la Blues Heaven Foundation, creada por Willie Dixon antes de su muerte, tuve un emotivo rencuentro con Marie Dixon, su última esposa, con quien me une una vieja amistad. Marie vino a México acompañando a Willie Dixon hace 27 años. Ahora preside dicha fundación, que otorga becas a músicos y realiza actividades diversas. Tiene su sede en el edificio -remodelado- donde estaban los estudios y oficinas del sello discográfico Chess, en el cual se grabaron algunas de las canciones de blues y del rocanrol que más influyeron en estos géneros.

ENTRE 1957 Y 1967, los hermanos Leonard y Phil Chess grabaron a artistas como Muddy Waters, Willie Dixon, Howlin' Wolf, Sonny Boy Williamson y Chuck Berry. Los Rolling Stones y los Yarbirds, a mediados de los años 60, realizaron varias grabaciones, que Bill Wyman describió así: "Las sesiones de grabación de los Stones eran más parecidas a la visita de un santuario".

BUDDY GUY OPINO así: "Los blues están en el corazón de la música popular y Chess Records está en el corazón del blues". En efecto, fue gran experiencia recorrer el edificio del 2120 de Michigan Avenue, cuyos muros están impregnados de una historia mil veces contada y recreada en el génesis del blues urbano.

CON EL FESTIVAL de Jazz de Montreal se cierra nuestro tour. Dicho encuentro se inició con gran incertidumbre en 1980 y asistieron 12 mil espectadores; en la edición más reciente (la vigésima séptima) participaron alrededor de 2 mil músicos, hubo 500 conciertos y asistieron cerca de ¡2 millones de personas!

EN CANADA EL sector cultural contribuye con 40 mil millones al PIB y aporta más que la industria minera y la extracción de gas y petróleo; emplea directamente a más de 600 mil personas. Además de que los proyectos culturales no estén sujetos a los cambios de gobierno.

domingo, mayo 28, 2006

La transfiguración del blues

PRIMERA LLAMADA

Como avalancha, en este mes se dieron, uno tras otro, varias actividades relacionadas con el blues. En la semana del 16 al 20, el Centro Cultural Casa Talavera otorgó reconocimentos a todos aquellos que han promovido el blues hecho en México, entre actos paralelos, como conferencias, cine-club y tres conciertos, ahí, en el corazón de La Merced. Y en el bar Ruta 61 se presentó Graná Louise, intérprete de Chicago, quien nos mostró la gran fuerza de ese canto matriz que es el blues. Mujer enorme en ambos sentidos, el físico y el artístico, acompañada por músicos argentinos y mexicanos tocando ese lenguaje universal que es la música. Fue como la cereza del pastel por los dos años de existencia del Hoochie Coochie Bar.

Pero el platillo fuerte llegó el viernes pasado al teatro Metropólitan. Los micrófonos de Horizonte 108 se trasladaron a este foro para realizar un control remoto previo al concierto que dio una de las leyendas del blues de Chicago: Buddy Guy, a quien escuché por primera vez en vivo hace 28 años en el Theresa's Lounge, del South Side de Chicago.

SEGUNDA LLAMADA

Podríamos llamar la transfiguración del blues a lo que un bluesman de 70 años de edad llevó a cabo en el teatro Metropólitan. Nos llevó flotando, por momentos, por los matices más refinados, donde apenas rozaba las cuerdas de su Stratocaster, hasta unos veloces y delirantes punteos por toda la guitarra de la que no dejó espacio por tocar, sobar, abrazar y disparar los dardos sonoros que han hecho de este artista una leyenda viviente.

Lo desalentador es que en eso se quedó la mayor parte del concierto, en momentos en los que parecía que esa pirotecnia en la lira nos iba a llevar por los senderos del blues y arrancarnos pedacitos del alma con los shouts ancestrales; pero no, ante un auditorio más que complaciente, dispuesto a festejar todo, el blus bluus no reinó esa noche.

Si hay algo que me gusta del blues es esa maleabilidad que tres acordes pueden tener: escuchar el Séptimo hijo o Manish boy, de Willie Dixon, o Mojo Working, del Aguas Lodosas, fue como oírlas por primera vez. Los arreglos siempre sorprendentes, y mediante ellos convocó -como conocedor de los ritos ancestrales de su natal Louisiana- a los grandes del blues, y en un momento, su rostro se transfiguró en Mr. Boom Boom, y John Lee Hooker regresó a estas tierras por unos breves instantes; de la misma manera Hendrix estaba ahí, de pie, al lado de las bocinas.

Más de dos mil asistentes fuimos testigos y participantes de un inolvidable ritual, seducidos por un gran predicador del blues, a imagen y semejanza de esos preachers que llevan hasta el paroxismo a su grey. Cuando la banda bajaba de volumen al unísono y matizaba para permitirle cantarnos al oído y susurrarnos, fue genial.

Vivimos retazos de lo que destacados guitarristas opinan de Buddy Guy: "Toca desde un lugar que nunca he escuchado a nadie tocar" (Stevie Ray Vaughan). "No puedes olvidarlo. Trasciende el blues y comienza a ser teatro. Es arte elevado. Una especie de drama teatral cuando él toca" (Jeff Beck). "Buddy Guy es un monstruo absoluto" (Jimmy Page).

La expectativa era grande. El público que casi llenó el teatro escuchaba atento al grupo que abrió el concierto: Real de 14, banda con dos décadas de decantar el blues con una identidad propia. Era un reto: confirmar el porqué este grupo fue invitado al Festival Ciudades Hermanas de Chicago, en 1998, y a tocar en el club Buddy Guy's Legends.

Cuando su banda y el propio Buddy Guy pisaron el escenario, ya tenían al respetable en el bolsillo. Si Buddy pulsa, toca, araña la guitarra con un control absoluto, su manejo de la voz no lo es menos: cantar a 20 metros del micrófono y ser escuchado fue otra exhibición de este gran clown del escenario. A mi lado, la patrona de los músicos me decía al oído: "me gusta que todo el tiempo seduce al público, con las letras, con el manejo de su guitarra, pero siempre se queda en eso, en promesas; no terminó de llegar adonde esperábamos, al orgásmico blues".

AVISO

A partir de este mes, el programa radiofónico Por los senderos del blues, que se transmite por las frecuencias de Horizonte 108 FM, tiene un nuevo y más amplio horario: los martes, de 8 a 10 de la noche.

delarosa-raul@hotmail.com

domingo, abril 23, 2006

Yo no tengo miedo...

PRIMERA Y UNICA llamada. La principal característica del ser humano ha sido y es su movilidad; somos nómadas por naturaleza. Desde la noche de los tiempos en que nuestros ancestros partieron de la natal Africa, cuna de todos los seres que hoy poblamos esta tierra, no hemos parado de caminar, y no hay lugar del planeta donde no hayamos posado nuestros pies viajeros. Hemos sido cazadores, recolectores y agricultores, y hemos cruzado la tierra en busca de alimento, de mejores climas, o sencillamente huyendo del peligro y del exterminio a manos de otros seres humanos.

LO ANTERIOR PERSISTE hasta el día de hoy. El hombre es el principal enemigo del hombre; a lo largo de nuestra breve estancia en este planeta nunca hemos cesado de matarnos entre nosotros; hemos dejado de conjugar el verbo amar.

NUESTRO CONTINENTE SE fue poblando por oleadas de diferentes pueblos, sobre todo de Asia, dando lugar a una extraordinaria variedad de culturas durante miles de años. Con la llegada de los europeos, estas civilizaciones, que se habían desarrollado al margen del resto del mundo, son conquistadas, y comienza la colonización de un continente de más de 40 millones de kilómetros cuadrados.

ASI COMIENZA LA más formidable aventura humana: el Nuevo Mundo. Recibe a millones de inmigrantes de todo el planeta, ya no atraídos por la caza de bisontes o mamuts, sino en busca de mejores condiciones de vida, de una libertad religiosa que en Europa no tenían los nuevos inmigrantes, y combatieron -al punto de exterminio- a las naciones indias que hoy viven en reservaciones.

EN LA AMERICA conquistada por españoles y portugueses el oro es el talismán que atrae a ejércitos de buscadores de fama y fortuna; se destruye el viejo orden y millones son sometidos al poder colonial. Se necesitaban brazos para explotar este inmenso territorio y la mano de obra de los naturales no era suficiente, así, se transportan millones de seres humanos de Africa en contra de su voluntad, como esclavos, como mercancía.

EN ESAS INTERMINABLES mezclas de culturas surge la música necesaria, el canto de un pueblo: el blues. Someter a los esclavos era primordial, borrar todo vestigio de sus propias culturas, no concederles el rango de seres humanos. Más de dos siglos tuvieron que pasar antes de ser abolida la esclavitud, sin embargo, las condiciones de vida no mejoraron mucho para los recién liberados del yugo de la esclavitud.

DESDE ENTONCES, LOS prejuicios y la segregación racial hacia los afroamericanos fueron el denominador común; la falta de empleo y la nula posibilidad de integrarse al resto de la sociedad hacen de esta minoría un ente aparte, la otredad que la América sajona no quiere reconocer ni mucho menos aceptar.

SUS DERECHOS COMO ciudadanos eran inexistentes. Es en la década de los 60 del siglo pasado cuando surge el Movimiento por los Derechos Civiles, encabezado por los líderes de las comunidades negras. Martin Luther King convoca a la famosa marcha hacia Washington, en la cual participaron miles de afroamericanos.

EL EJEMPLO LO dio una pequeña mujer negra: Rosa Parks (1913-2005), quien se negó a ceder su asiento a un blanco e irse a la parte posterior del autobús, como era la norma en esos días. La explicación es sencilla: Rosa Parks y la comunidad afroamericana perdieron el miedo de protestar y manifestarse. Fue el inicio.

LA AVENTURA HUMANA continúa. Son millones de seres humanos los desplazados por las guerras o el hambre. En nuestro país de las maravillas, donde todo está mejor, millones han tomado la iniciativa de arriesgar sus vidas y, en muchos casos, de perderlas, en busca de la pesadilla americana.

AUN RESUENAN LAS voces de millones de indocumentados que tomaron recientemente las calles en la Unión Americana para protestar contra una ley que los puede convertir en criminales; esto no hubiera sido posible si los inmigrantes -en su mayoría latinos- no hubieran perdido el miedo de hacerse presentes en cuerpo y alma a lo largo y ancho del país.

EL MIEDO AL otro, característica de sociedades en crisis, atemorizadas por los nuevos tiempos; el miedo ancestral a la mujer, a los intelectuales, a los negros, a los judíos, a los latinos, a los indígenas; la vieja fórmula del chivo expiatorio.

AHORA, CON LA propaganda mediática, propia del fascismo corriente, tratan de meternos miedo señalando a un candidato como peligroso, y en consecuencia a lo que representa: un hombre que viene del pueblo y que lo representa, esa masa anónima que asusta y atemoriza a una minoría excluyente y predadora. El peligro real es la mentalidad que promueven esos mensajes y que nos remiten a épocas oscuras de la humanidad y que nos recuerdan que la bestia aún existe.

EL QUE ESCRIBE, por lo pronto, ha decidido que el único miedo que tiene es que esas mentalidades, que promueven el odio, lleguen a gobernar este país; es un solo voto, pero aunado al de millones de ciudadanos que ya no tenemos miedo, queremos ver hacia delante y decir en un solo llamado bajo la misma bandera: "Yo no tengo miedo, tengo futuro".

delarosa_raul@hotmail.com

martes, abril 11, 2006

Juárez no debió morir.

Imagen clásica de Benito Juárez, tocando la flauta mientras cuida su rebaño, que aparece en las monografías

Primera llamada

EN LAS HISTORIAS y biografías sobre Benito Juárez (1806-1872) no existen referencias acerca de su gusto por la música; es más, la mayoría lo han convertido en estatua de bronce. El otro Juárez es poco conocido: el padre de familia, el esposo, aquel al que le gustaba jugar dominó y bailar, sí, leyó usted bien: bailar. Por otro lado, ¿de dónde habrá surgido esa historia de que el niño Benito, cuando pastoreaba a sus borreguitos al lado de la Laguna Encantada, tocaba su flauta de carrizo?

DE PORFIRIO DIAZ sabemos que fomentó la instrucción musical pública en Oaxaca, pero en la historia oficial nuestros personajes son solemnes, enuncian fases célebres, bueno, salvo presentes excepciones, con frases que son de "poca".

LA CONMEMORACION DEL bicentenario del Patricio es buen argumento para reconocer esa catedral que es la música oaxaqueña creada por los habitantes de ese estado, en el cual -dicen- cuando se levanta una piedra aparece un pintor, un músico o un político.

ESTA ES UNA breve crónica escrita en primera persona sobre las vivencias musicales, gastronómicas, etílicas, pero, sobre todo, amorosas.

HA SIDO LA mujer la que me llevó a ese Nuevo Mundo cuando fui a trabajar al dique seco de la Secretaría de Marina en Salina Cruz, para reparar buques de gran tonelaje. Por las calles del puerto transitaban mujeres de enagua larga, Sandungas que se deslizaban y cortaban el aire de manera inquietante.

EN ESAS TIERRAS, los cohetes anuncian igual una festividad, una calenda o un velorio. La curiosidad me llevaba al origen de esos estallidos, hasta que un día me encontré en un velorio. Al día siguiente me incorporé al cortejo fúnebre, tras el ataúd, balanceándose en los hombros de algunos hombres, venían como en tragedia griega las plañideras, los deudos, los amigos y la banda, todos rumbo al camposanto.

"YO ANDABA BUSCANDO la muerte cuando me encontré contigo. De ahí tengo el corazón en dos mitades partido. La una le teme a la muerte, a la otra le espanta el olvido"*, escribió el ahora feliz y tercamente centenario don Andrés Henestrosa.

EN ESOS CAMINOS se madura más temprano, las shuncas primero y los hombres tras ellas.Armado de valor, mis amigos me llevan a la K Z de Tehuantepec en busca de Saúl Martínez, para llevar mi primera serenata a una morena de ojos biches que venía del Espinal, región femeninamente peligrosa: "Quién tuviera miel de colmena en la boca, para poderte besar". Para después sufrir que mi Naila con su ritmo de hamaca, así, suavemente, me abandonaba, tal como predijo el Chuy Rasgado.

Armados nuevamente, pero esta vez con cervezas heladas y mezcal casero, llegamos a La Ventosa, que no cesa de hacerle honor a su nombre. "Si comes totopos con frijoles y camarón de las salinas, nunca te vas a poder ir de aquí", me sentenció Doña Victoria. Cuánta verdad.

ENCARRILADO YA, ASISTO a una vela con tres mayordomas, en la que los dólares de oro refulgían en largas cadenas sobre los pechos de las tehuanas del hondo mar. Bandas por aquí y acullá, que sorprendieron a unos oídos que no esperaban el estallido de un caos perfectamente organizado y una euforia hasta entonces desconocidas.

Segunda llamada

AÑOS DESPUES ASISTO con una pelirroja de radiante cabellera, que dejó su impronta en dos bellas hijas, al Lunes del Cerro, ahora conocido como Guelaguetza (te doy, me das) y en una sola y ardiente mañana, aderezada con mezcal de pechuga, vemos sorprendidos los bailes de las ocho regiones.

DESFILARON ANTE NOSOTROS los sones del Istmo, los bailes de la región de Tuxtepec, los jarabes de la Mixteca y de la Sierra de Juárez, de La Cañada, los jarabes de betaza de los Mixes, chilenas de la Costa Chica y la imperial Danza de la pluma de los Valles Centrales.

DE REGRESO A esta ciudad-capital y en el aprendizaje en esos salones de prosapia, el Cocol y el Califas, intento bailar ese contenido y cachondo baile llamado danzón. Allí, en esos pisos, llevado por las manos y caderas expertas de matronas urbanas, bailo el cubano-mexicano Juárez y el danzón de danzones: Nereidas, de Amador Pérez Dimas, oriundo del Reino de Zaachila.

Y PARA TODOS esos millones de mexicanos que alguna vez hemos estado lejos del cielo, bajo el cual nacimos, surge la nostalgia en ese blusesote que es la Canción mixteca, de José López Alavés, compositor decimonónico, al igual, que aquel que tenía que nacer y vivir lo que vivió: Macedonio Alcalá, para poder escribir el himno regional: Dios nunca muere (me levanto de mi silla), y recreo esa historia que cuenta que las primeras notas de ese vals inmortal fueron escritas en la pared encalada a falta de hojas pautadas.

EL AMOR, UNA vez más, me convoca a la Antigua Antequera, a la boda en la que el que escribe era el pretenso, con novia de huipil de hilos de oro y el resplandor agitados por los aires de la Banda del Barrio de los 7 Príncipes, allá en San Felipe del Agua, con todo y mediuxga y al ritmo de las marimbas; nuestra real dádiva fueron los dos hijos que procreamos.

Tercera llamada

POCOS SABEN DEL tesoro mundial de órganos históricos que durante tres siglos se construyeron por toda la geografía oaxaqueña (1680-1900). Manos de artesanos indígenas copiaron los órganos barrocos españoles. El Instituto Oaxaqueño de Organos Históricos ha localizado cerca de 68 y ha restaurado siete, los cuales están en uso.

ESCUCHAR LAS PARTITURAS de Matías de los Reyes, extraordinario compositor y organista zapoteco, que forma parte de esa pléyade de músicos del glorioso barroco mexicano, en el órgano de la iglesia de Tlacochahuaya, es otra experiencia que nadie debe perderse.

FRENTE A LA colorida portada de Santa Ana Zegache, en un recorrido acompañado por Rodolfo Morales, que patrocinó la restauración de esta iglesia, tuve un esperado encuentro con una mujer que lleva el nombre de la patrona de los músicos, a la que alivié con un poco de lodo la picadura de una hormiga y que, desde entonces, compartimos ese patrimonio de la humanidad: la cocina oaxaqueña.

LA MUSICA DE bandas está presente en todos los ámbitos de la vida de los oaxaqueños, en toda festividad religiosa o cívica, bodas, bautizos o funerales. De la vida a la muerte. En las velas del santo patrón, las bandas preceden el paso de los pendones; esas bandas, que se forman en las postrimerías del siglo XIX, interpretan la música llegada de Europa al estilo y semejanza de sus oídos ancestrales.

LO ANTERIOR ME lleva a una de las más bellas experiencias de vida que he tenido. En compañía de tres artistas, del canto tradicional, del jazz y de la música barroca: Susana Harp, Héctor Infanzón y Horacio Franco, respectivamente, nos remontamos a las alturas, allí donde ningún conquistador posó su planta: Santa María Tlahuiltoltepec, en la Sierra Mixe, lugar de frío y de música. Era el fin de cursos del Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe, que ha formado una banda integrada por niños y jovencitos de esa región.

ESCUCHAR EN ESAS alturas a estos prodigios infantiles me llevó a un cielo tangible, de campesinos de huaraches y refajos, que conservan maravillosamente una tradición milenaria, por eso hacen lo que hacen y -sobre todo- cómo lo hacen, no hay más.

FALTAN DECENAS Y me angustio; de Alvaro Carrillo, que sabrá Dios dónde andaba de andariego por Pinotepa. De ese cúmulo de talentos jóvenes, que en el presente llevan la música de sus ancestros más allá de donde la encontraron: Lila Downs, Susana Harp y Georgina Meneses. Trovadores y compositores como el clan de Los López de Juchitán: Mario, Gustavo y el Guajiro. Grupos de jazz como el Nunduva Yaa, Ana Díaz. Oxama y varios más.

BAJO LOS CENTENARIOS laureles del zócalo que dan cobijo todos los domingos a la Banda del Estado, me regreso en el tiempo y me imagino a ese pequeño niño rubio que todos los domingos asistía en su triciclo a escuchar a esa agrupación. Años después el director Amador Pérez le concede, en un acto premonitorio, el derecho de dirigir la banda; la intuición no falló: el niño se llamaba Eduardo Mata (1942-1995).

RECOMENDACIONES: COMPREN PARA sus hijos el libro Juárez con la República bajo el brazo, de Ediciones Tecolote, cuya autora, Claudia Burr, ganó el Premio García Cubas para el mejor libro de historia infantil 2005, y también los cidís: Sones de tierra y nube, con la Banda del CECAM de Santa María Tlahuiltoltepec, y Con todo el corazón, de Georgina Meneses con la Banda Filarmónica de Santiago Zacatepec Mixe.

* Fragmento de la Ixhuateca con letra de Andrés Henestrosa

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